21.9.09

Momento reflexivo

Con el correr del tiempo -y las materias- comienzo a tener ciertos interrogantes a los cuales no puedo responder mediante las herramientas que tengo disponibles.
Pienso, se me ocurre, que las herramientas quizás las debería fabricar yo misma, al fin y al cabo para eso estoy siendo entrenada ¿verdad? (una verdad muy discutible, por otra parte).
Lo que se me viene a la cabeza, muy de a ratos, pero cada vez con más persistencia, es tratar de comprender cuáles son los principios rectores de nuestra sociedad que nos han llevado a pensar que las consecuencias que genera la acción humana bajo estos principios es preferible a cualquier otra.
Más allá de que en lo personal no comparta esto, quiero decir, ¿qué es lo que hace que hoy en día no exista una crítica profunda a esos valores? ¿por qué permanecen como intocables? ¿por qué, teniendo en cuenta que hay tantas cosas malas en este mundo?
Hay una invisibilización total de la conexión existente entre el mantenimiento de un conjunto de creencias y valores -una cosmovisión del mundo, en términos kuhnianos una Gestalt- y los efectos concretos y empíricos que se producen en la realidad cotidiana, en el accionar de personas con nombre y apellido.
Un primer esbozo de respuesta a esta cuestión podría hacerlo admitiendo que vivimos un momento histórico en el cual, más allá de la apabullante evidencia que demuestra que hay cosas que tienen que cambiar, seguimos pensando a lo moderno.
Y eso, muchachos, en algún momento va a tener que virar para otro lado, y otro lado que no sea post-moderno, sino pre-...

1.9.09

Dos hechos al azar

Hace tiempo, llegué del laburo, me miré al espejo y descubrí en mi cabellera castaña, no una sino dos canas.
Canas, textura de cana, color de cana. Al diablo con la superstición, las arranqué y me olvidé.
Mentira, jamás me olvidaré del día en que me descubrí mis primeras canas, sin embargo, lo guardé en mi memoria a un costado, y seguí con mi vida.

Hoy, en el colectivo, yo estaba parada en la puerta trasera (me faltaban un par de paradas para bajarme, pero estaba lleno, así que mucho no me importaba), y una chica que, evidentemente, pretendía bajar, me pregunta:
-Disculpe, ¿baja?.

A ver si nos vamos entendiendo.
A mí no me interesa relacionar cosas que no tienen nada que ver una con la otra.
Sin embargo, no puedo evitarlo... sobre todo al calor de un nuevo cumpleaños.