15.2.11

Alguien me hizo recordar que escribir en un blog estaba bueno.
Quizás te haga caso.

11.2.10

Sentido figurado vs. sentido literal

Cuando yo digo, en sentido figurado, que mi barrio nunca tiene tranquilidad, no hablo de "inseguridad", porque no, es ridículo eso. Me refiero, sí, no sólo a uno de los niveles de contaminación sonora más altos de la ciudad de Buenos Aires, sino también al hecho de que el boom de la construcción produce siempre algún background de golpeteo de martillo.

Pero ese "siempre" no tenían que tomárselo tan en serio, che! Paren, en serio, me están rompiendo mucho las pelotas ya.
Sobre todo considerando que la última gran extravaganza de la construcción está teniendo lugar en el piso de abajo.
Basta, quiero descansar.

¿Podemos volver a Uruguay?

13.11.09

Cuerda floja

Está la opción de ser guacha. Malintencionadamente escribir un par de comentarios que, lo sé, sonarán, se verán... hirientes.
Eso esconde ciertamente un deseo de hacer algo así como el bien, cortando por lo sano.
"I hurt you to save you", onda cuando Satine le decía a Christian que lo había usado y que no lo quería más, pero en realidad era por otra cosa (y no, si no la viste no te la voy a contar, no soy de las que arruinan finales).
Pero no es tanto como lo de Satine, porque no es que te lastimo porque te amo y te quiero proteger, en realidad simplemente no quiero que vivas bajo falsos conceptos de quién soy yo o qué hago y/o dejo de hacer (y a quién, bueno).
Esto también tiene un elemento de culpa, porque claro, cortar por lo sano implica cierto sentido de la responsabilidad. Yo me hago cargo de tal cosa. Y sí, y me la banco porque soy dura. Pero ¿me la banco? Ah...
Esa es la cuestión.
Tengo el deseo de agradar a la gente, no puedo con mi genio -aunque sí puedo más que Monica, eso seguro-. Eso me lleva a evitar las situaciones en las que, de alguna manera u otra, la que va a quedar mal soy yo.
Pero, mientras todo este torbellino de opciones se me presentan ante mí cuando tengo un poco de tiempo para pensar en algunas cosas... no decido nada. Sigo en esta especie de cuerda floja e, inevitablemente, la sensación es de que caeré para algún lado. Pero que todavía no caigo.
Es más, estoy en esa cuerda malabareando con cinco platos y tres pelotitas redondas, de las amarillas. En un uniciclo, claramente.

21.9.09

Momento reflexivo

Con el correr del tiempo -y las materias- comienzo a tener ciertos interrogantes a los cuales no puedo responder mediante las herramientas que tengo disponibles.
Pienso, se me ocurre, que las herramientas quizás las debería fabricar yo misma, al fin y al cabo para eso estoy siendo entrenada ¿verdad? (una verdad muy discutible, por otra parte).
Lo que se me viene a la cabeza, muy de a ratos, pero cada vez con más persistencia, es tratar de comprender cuáles son los principios rectores de nuestra sociedad que nos han llevado a pensar que las consecuencias que genera la acción humana bajo estos principios es preferible a cualquier otra.
Más allá de que en lo personal no comparta esto, quiero decir, ¿qué es lo que hace que hoy en día no exista una crítica profunda a esos valores? ¿por qué permanecen como intocables? ¿por qué, teniendo en cuenta que hay tantas cosas malas en este mundo?
Hay una invisibilización total de la conexión existente entre el mantenimiento de un conjunto de creencias y valores -una cosmovisión del mundo, en términos kuhnianos una Gestalt- y los efectos concretos y empíricos que se producen en la realidad cotidiana, en el accionar de personas con nombre y apellido.
Un primer esbozo de respuesta a esta cuestión podría hacerlo admitiendo que vivimos un momento histórico en el cual, más allá de la apabullante evidencia que demuestra que hay cosas que tienen que cambiar, seguimos pensando a lo moderno.
Y eso, muchachos, en algún momento va a tener que virar para otro lado, y otro lado que no sea post-moderno, sino pre-...

1.9.09

Dos hechos al azar

Hace tiempo, llegué del laburo, me miré al espejo y descubrí en mi cabellera castaña, no una sino dos canas.
Canas, textura de cana, color de cana. Al diablo con la superstición, las arranqué y me olvidé.
Mentira, jamás me olvidaré del día en que me descubrí mis primeras canas, sin embargo, lo guardé en mi memoria a un costado, y seguí con mi vida.

Hoy, en el colectivo, yo estaba parada en la puerta trasera (me faltaban un par de paradas para bajarme, pero estaba lleno, así que mucho no me importaba), y una chica que, evidentemente, pretendía bajar, me pregunta:
-Disculpe, ¿baja?.

A ver si nos vamos entendiendo.
A mí no me interesa relacionar cosas que no tienen nada que ver una con la otra.
Sin embargo, no puedo evitarlo... sobre todo al calor de un nuevo cumpleaños.

10.5.09

Me doy cuenta, cuando pretendo empezar a hacer un esbozo de limpieza de disco rígido...
Que para lo único que sirven los gigas y gigas es para:

a) Sostener un juegazo como el Sims.
b) Acumular tremendas cantidades de porquería.

Es como si tu escritorio fuese capaz de llenarse de pilas y pilas de papeles hasta el techo... y después el techo se expandiera más en alto, dejándote lugar para más y más cosas. Imaginate tener que limpiar eso.

7.5.09

No sé, pero yo estaba leyendo las Tesis de Abril, y pasa D'Elía con los suyos por la esquina de mi casa...
Qué mixtura, ¿no?

5.5.09

Sufro el síndrome compulsivo de aquellas personas que acaban de descubrir Taringa...
¡Socorro!

Tiempo ganado

Está muy bueno que te enteres que no vas a cursar de 19 a 23 porque el profesor decidió tomarse el buque -o enfermarse, quién sabe, a quién le importa-.
La realidad, sí, es que ese tiempo lo ibas a pasar tomando apuntes e incorporando algún tipo de conocimiento a tu cerebro ya estrujado por otras materias.
En cambio, volvés a casa a casa, cenás temprano (siempre un plus) pero ese rato de después, ese hasta las 11, es la nada.
Y se siente bien.
Como escuchar una canción de El Rey León.
Mejor se va a sentir cuando pasen el parcial, eso seguro.

4.5.09

Hoy empecé a laburar, oficialmente. Es decir, mi período de training con mi madre postiza terminó, me emancipé, me asignaron una sucursal X y hacia allí fui, a ver con qué me encontraba.
Fue como el primer día del secundario, lo juro. Chicos y chicas de tu edad, bleh... un ambiente mucho más cargadito del lugar en donde aprendí las artes del cambio de divisas, lugar en el cual me recomendaron no hablar de más, en el sentido de que las palabras viajan más rápido que la velocidad de la luz, y no está bueno hacer un comentario y que difunda por absolutamente todo el resto de la empresa.
Ahora, qué loco esto de la empresa, ¿no?. Del rincón más zurdito de la UBA (o le pega en el palo) pasé a trabajar en la apoteosis del capitalismo financiero. De vestirme como sea a usar uniforme. De llegar cuando dé a tener que fichar. De los días de estudio flexibles al "si no hay nadie que te pueda reemplazar no te damos el día". Veremos si algo de lo que aprendí el año pasado puedo aplicarlo con éxito en mi nuevo emprendimiento...

Al margen de todo esto, me gustó lo que leí ayer en el blog de mi amigo Alan, es una visión interesante. Lean y comenten.